28 de abril de 2013

"Fama, mala fama

...la que me va persiguiendo". Como dice Manu Chao en su canción, "dime por qué será". Pues posiblemente sea porque siempre se generaliza cuando se habla de la idiosincrasia de un pueblo. Lo hicimos los españoles cuando una oleada de inmigrantes aterrizó en nuestro país en los años de crecimiento económico, y lo hacen con nosotros cuando somos los españoles los que huimos como ratas por obra y gracia de la crisis.

Reino Unido está invadido por españoles desde hace unos años y ha dejado de ser un destino de estudiantes para ser una parada obligada en busca de futuro, ya sea en Gran Bretaña o en otros países (por aquello del idioma, más que nada).


 Como dijo mi profesor de inglés muy sorprendido la semana pasada: "si vas a Camdem Town un domingo, solo escuchas español". Al principio, éramos muy bien recibidos: jóvenes preparados, con carrera universitaria y dispuestos a trabajar en lo más bajo de la cadena de producción porque había que aprender su idioma...He de decir que, desde que llegué a este país, no me he encontrado con ningún inglés que me haya mirado mal. Por eso me sorprendo cuando conozco a otros españoles que me cuentan lo que van diciendo de nosotros por ahí: unos ladrones (de bicicletas, comida, móviles y ropa en numerosas tiendas) que vienen a Inglaterra a vivir de los benefits (ayudas para desempleados)). Poco más que nos ven por la calle y piensan "cuidado, españoles" y corren en la otra dirección.

Como digo, yo no lo he sufrido pero personas de confianza me lo han confirmado. Incluso aquellos que no son ingleses pero tampoco españoles. Un cambio en la percepción del inmigrante "made in Spain" que se ha producido en apenas un año. Algunos de nuestros compatriotas, ya indignados, publican en las redes sociales mensajes de protesta contra esta campaña de desprestigio.Y es que si en los años sesenta éramos los pobretones de Europa, ahora somos los caraduras del continente.

Otra diferencia con la diáspora de nuestros abuelos es que ahora existe internet, por lo que la mala fama se progapa como la pólvora a través de foros y redes sociales. Para colmo, los últimos datos de la EPA (6.202.700 desempleados y sumando) no presagian un pronto retorno a la "tierra prometida". Solo falta que el Gobierno inglés proponga restricciones, no sólo a la prestaciones sanitarias y sociales, sino a la entrada de personas. Al tiempo.

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