2 de junio de 2012

La nación por bandera

Cuando pensamos en patriotismo, siempre nos viene a la mente la sociedad estadounidense. A algunos nos parece de locos su creencia de que el presidente de la nación es el padre de todos. Es imposible no ver una bandera norteamericana en cada película de la factoría Hollywood (más aún después de los atentados del 11 de septiembre de 2001). Y no entendemos ese sentimiento de defensa de la libertad que lidera cada conflicto bélico. Es algo  incomprensible para un país como España, donde su propia bandera es sinónimo de fascismo y el himno es objeto de burla.

Desde luego, España no es sinónimo de ese concepto llamado "nación". Somos un estado relleno de naciones. Y no seremos los únicos. Pero los tentáculos del patriotismo van más allá de la parodia estadounidense. Sólo hay que ir por las calles del Reino Unido para darse cuenta de que todos los británicos, estos días, están al lado de su reina. Es 2 de junio de 2012 y comienzan los festejos por el "The Queen´s Diamond Jubilee", el sesenta aniversario del reinado de Isabel II. Banderas británicas en cada tienda y restaurante, anuncios de descuentos en todos los postres y platos típicos de Reino Unido que se pueden comprar en supermercados, fotos de la reina (de joven y en la actualidad) en etiquetas, moldes para pasteles con su rostro y regalos entre familiares (como si fuera Navidad).  Todo por su Reina. Y eso que hace unos años no gozaba de mucha popularidad entre la ciudadanía. Pero las cosas pasan y la institución sigue siendo lo que era.

Si en estos días visitas la isla es imposible que no veas todo en azul, rojo y blanco. Para colmo, dos días de fiesta (bank holiday), desfiles militares y visitas de Isabel II a todos los rincones del país. Acudirá incluso a Irlanda del Norte, donde el partido republicano Sinn  Fein ha votado a favor de obsequiar a la monarca por su aniversario. En fn, un derroche de patriotismo que, desde luego, es digno de presenciar. En muchas casas, como en la mía, hoy habrá hasta champán.

Esto te hace reflexionar. Cada país tiene su historia y, por tanto, sus motivos. No hay que llegar a extremos como el caso americano o la devoción a una institución como en el caso inglés. Pero a lo mejor si que habría que dejar de lado ese complejo de inferioridad y esa repulsa a todo lo nuestro. Somos lo que somos y la historia es la que es. Pero vivimos en el mismo trozo de tierra y nos parecemos más de lo que muchos se imaginan. Para lo bueno y para lo malo. Cada uno con su acento, tenemos la misma forma de ver la vida (muy latina por supuesto), y desde Andalucía hasta los Pirineos, se lleva eso de que "el que no llora, no mama". Así que a lo mejor, digo bien "a lo mejor", deberíamos observar más de cerca al resto. Está claro que una mente abierta aporta infinidad de aspectos positivos. Siempre más que si nos miramos el ombligo.

14 de mayo de 2012

El mal del español

Es cierto que uno se siente solo y extraño cuando vive en un país extranjero, donde no conoce a nadie y donde el idioma puede ser un problema, sobre todo los primeros meses. Pero no entiendo esa necesidad de relacionarse solo con la gente que proviene del mismo país que tú. Sólo llevo dos semanas en Brighton, pero ya he conocido a un montón de españoles que han venido a buscarse la vida. Algunos por falta de oportunidades en España y otros simplemente para cambiar de aires. Sin embargo, un factor común en todos ellos es que comparten el piso con otros españoles, salen de fiesta todos juntos y, la mayoría de las veces, trabajan también juntos. Un pequeño país dentro de otro. Lo mejor viene cuando les preguntas:

"¿Y qué tal llevas lo del idioma?".
Entonces te responden: "Muy bien, sin problemas".
Un poco incrédula, vuelves a preguntar: "Pero, ¿vas a clases de inglés?"
Sus respuestas: "No, todavía no lo he mirado".
Llega la repregunta: "¿Y cuánto tiempo llevas en Brighton?".
"El mes pasado hizo un año".

Es como si vivieran en España pero sin la familia cerca. A lo mejor ahí está la clave...
En fin, sea como sea, mi primera lección británica es: relaciónate con españoles, porque tampoco puedes huir de ellos, pero intenta crearte un grupo paralelo (inglés o internacional) para que tu estancia en esta isla resulte fructífera. Si no es muy probable que vuelvas a España con un nivel de inglés similar al que tenías al llegar. Y es que  no son solo gallegos o asturianos. Todos los españoles estamos my bien repartidos por el mundo.
También influye la famosa maldición de la generación perdida. Cuando los hermanos mayores se aventuraban a vivir en el extrajero después de la carrera universitaria, solo se encontraban con ingleses, filipinos y polacos. Encontrarse a un español era un milagro que hacía que se te saltaran las lágrimas. Ahora, cuando esta generación decide emigrar, lo hacen todos juntos.

5 de mayo de 2012

Una más...

Una más. Son muchos los licenciados españoles que han tenido que emigrar a otros países para buscar una alternativa a la situación de paro y desesperación que se vive en España. Bueno chicos, ya os hago compañía yo también en Inglaterra...Y como vosotros, no es por gusto.  Estoy convencida de que poca gente viene por voluntad propia a esta isla donde los enchufes tienen tres pinchos, las habitaciones no tienen persianas, desayunan judías y comen sandwiches, y donde el cielo gris y plomizo te quita las ganas de vivir.

Pero, c´est la vie!! Si no fuera por el dichoso bilingüismo...Estoy segura de que los ingleses no saben la suerte que tienen de no estar obligados a aprender otro idioma para conseguir un trabajo precario que esté mínimamente relacionado con lo que estudiaron en la facultad. Porque encima, no es que el saber dos idiomas te vaya a proporcionar un trabajo digno de vuelta a la patria. No! A estas alturas, y tal y como está el panorama, cuando nos dispongamos a volver a España con nuestro Perfect English, nos dirán que por qué no sabemos chino o árabe, que son los idiomas del futuro...O tal vez el alemán.

En fin, no me quiero quemar la sangre porque solo llevo cuatro días. Pero el asunto promete. Primera entrevista de trabajo (que, por obra y gracia de la crisis, ya es una suerte) para trabajar en la cocina de un bar...y a ver si sale adelante porque somos ciento y la madre buscando trabajo aquí. Lo más gracioso que es el que puede ser tu jefe es un medio inglés/japonés que habla que se las pela y vocaliza lo justo. Una parodia. Pero son cosas de la vida moderna que dan un poco de chicha. Todos desperdigados por el mundo en busca de historias...

La próxima...en estas líneas...