11 de diciembre de 2009

¿El petróleo podría ser una energía alternativa?

El medio ambiente se ha convertido en uno de los temas estrella en estos días, en los que se celebra la Cumbre de Copenhague para combatir el Cambio Climático. Todos, o casi todos, los países desarrollados están de acuerdo en que hay que aunar fuerzas para reducir las emisiones de Co2 a la atmósfera e impedir, por tanto, que la temperatura se eleve más de 2 grados centígrados sobre la actual. Todos tienen muy buenas intenciones, pero ningún gobierno quiere perder competitividad con respecto a sus directos competidores. Estados Unidos y China pueden servir de ejemplo. En un principio, ninguno de los dos países estaba dispuesto a reducir emisiones si eso significaba un descenso en la producción de sus respectivas industrias.
Después de una lluvia de críticas, y de cara a la cita de Copenhague, las dos principales potencias económicas del mundo han recapacitado. Estados Unidos reducirá su contaminación atmosférica en un 17% para 2020, y China limitará al 45% sus emisiones hasta ese mismo año.

Otro de los objetivos de la cumbre danesa es impulsar la inversión en energías renovables. Una apuesta de la que hace gala el país anfitrión ya que Dinamarca es líder en la generación de electricidad a través de energía eólica. Es tanta su producción que incluso se ve obligado a exportar a sus países vecinos porque no tiene dónde guardarla. A pesar de esto, el país nórdico es uno de los pocos que se decide por esta alternativa. Y los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo tienen mucho que ver con este freno a las renovables.

Dueños y señores de la producción y el precio del oro negro, parece que nunca será rentable invertir en energías limpias si el petróleo se vende a precio de saldo. Esta es básicamente la técnica de la OPEP. En el momento en que el coste del petróleo sea superior a la creación de parques eólicos o la instalación de paneles de energía solar, el crudo pasará a la Historia. Eso es lo que no van a permitir países como Arabia Saudí, Irán, Kuwait o Venezuela. Incluso, siendo conscientes de que las reservas de petróleo tienen un límite y no van a disponer de este recurso hasta el fin de los días. Poco importa. Hay que aprovechar el momento y no se debe pensar en la conservación del medio ambiente si eso significa dejar de ganar dinero.